es un agente anti-bacteriano y antifúngico. Es ampliamente utilizado como agente conservante y anti-microbiano en productos de cuidado personal como jabones, cremas para la piel, pasta de dientes y desodorantes. El triclosán es una perturbación endocrina. Estudios de laboratorio y animales sugieren que el producto químico puede afectar la reproducción y el desarrollo. El 9 de septiembre de 2016, la FDA prohibió la incorporación de productos de jabón doméstico de triclosán y al año siguiente impidió a las empresas usar triclosán en productos antisépticos de atención médica sin revisión previa al mercado. El triclosán también ha sido prohibido en la Unión Europea en productos de cuidado personal.
